viernes, 28 de junio de 2019

El Gran Libro De La Cocina Tradicional

SERGIO FERNÁNDEZ

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El gran recetario de la gastronomía española de la mano del cocinero de TVE, Sergio Fernández.

Más de 500 platos tradicionales de la cocina española recogidos en el libro de recetas más completo.

Aperitivos, arroces, legumbres, pescados, carnes, postres…todos los productos y alimentos están representados en este libro. Recetas de platos sencillos con el sabor tradicional y con productos de la tierra.

BOCADITOS DE PATATA RELLENOS DE QUESO MANCHEGO

INGREDIENTES:

  • 400 g de patatas
  • 150 g de queso manchego
  • 50 g de mantequilla
  • Huevo y pan rallado (para rebozar)
  • Nuez moscada
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta

ELABORACIÓN

Pelar, cortar las patatas en cuartos y cocerlas durante 25 min. Escurrir y pasar por el pasapurés. Mezclar con la mantequilla, sal, pimienta y nuez moscada.

Hacer unas bolitas con ellas e introducir en el centro un dado de queso manchego. Pasar las bolitas por huevo batido y pan rallado, y freírlas en abundante aceite hasta que estén doradas.

TRUCO Se puede poner cualquier relleno. Es una estupenda manera de aprovechar las sobras de las comidas.

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Libro: La Buena Cocina

Harold Mcgee

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CÓMO PREPARAR LOS MEJORES PLATOS Y RECETAS

Una guía diseñada para ayudar a esos cocineros caseros que tienen que lidiar con todo un universo de ingredientes, recetas, y electrodomésticos en constante expansión para alcanzar esa tierra prometida que es un plato bien hecho. La buena cocina está destinado a convertirse en una pieza esencial del repertorio de cocina de cientos de miles de lectores en todo el mundo, una asombrosa y original obra que dirige los esfuerzos del chef a la vez que resuelve con rapidez todas las dudas que surgen en los fogones del aficionado. McGee ha cre ado en un solo volumen de fácil uso: la guía esencial para los amantes de la cocina, apta para todo tipo de cocineros: desde los principiantes que necesitan aprender, pasando por los que quieren conocer mejor las artes culinarias o los profesionales que buscan nuevos planteamientos teóricos para elaborar el mejor plato.

La buena cocina destila todo el saber de la ciencia moderna de los alimentos y lo traduce en información útil: nos conduce del mercado a la mesa y nos explica la importancia de los ingredientes ya sean comunes o exóticos en el resultado final, así como las técnicas a emplear en su preparación, con un estilo directo y humilde que contagia su entusiasmo por la gastronomía.

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Categoría: GASTRONOMÍA

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"No voy a subirme a la parra para hablar de todo lo que he visto, aprendido y hecho a lo largo de mi accidentada carrera como lavaplatos, aprendiz, sartenero, parrillero, salsero, marmitón y chef. Ni escribo porque esté irritado con el oficio o quiera espantar a los comensales. Cuando salen a relucir tropiezos pasados me sigue gustando ser chef. Es la única vida que conozco de verdad. Si a las cuatro de la mañana necesito que me hagan un favor —un préstamo urgente, un hombro donde llorar, un somnífero, una fianza o simplemente que alguien me recoja en coche en medio de una lluvia torrencial— es indudable que no voy a llamar a un colega escritor. Llamo a mi segundo al mando, a mi antiguo segundo al mando, a quien me prepara las salsas... A alguien con quien trabajo o con quien haya trabajado a lo largo de los últimos veinte y pico de años. No. Os quiero hablar de las oscuras y recónditas entrañas del restaurante. De una subcultura cuyos siglos de jerarquía militarista, entresijos, granujerías y vejaciones consiguen hacer una mezcla de orden inquebrantable y caos, que destroza los nervios... Y lo hago porque la mezcla me parece tan reconfortante como un buen baño de agua caliente. En esa vida estoy a mis anchas. Hablo su jerga. En la pequeña e incestuosa comunidad de chefs y cocineros de la ciudad de Nueva York conozco a la gente, sé cómo conducirme (todo lo contrario que en la vida real, donde me siento en medio de arenas movedizas). Quiero que los profesionales que lean este libro lo disfruten por lo que es: una mirada veraz a la vida que muchos de nosotros hemos llevado y respirado la mayoría de los días y las noches, excluidos de la interacción social normal. No tener nunca una noche de viernes o sábado libre, trabajar los días de fiesta, estar más ocupado que nunca cuando el resto de la gente acaba de salir del trabajo, nos hace ver el mundo desde un punto de vista a veces peculiar, cosa que espero reconozcan mis colegas. Los condenados a cadena perpetua que me lean pueden o no estar de acuerdo con lo que hago. Pero sabrán que no estoy mintiendo. Quiero que los lectores echen un vistazo a las verdaderas alegrías que proporciona hacer buena comida con profesionalidad. Me gustaría que entendieran qué se siente cuando se logra alcanzar algo así como el sueño de un niño: mandar la tripulación de su barco pirata. Qué se siente, se ve y se huele en medio del ajetreo y el siseo de la cocina del restaurante de una gran ciudad. Me gustaría transmitir lo mejor posible las curiosas delicias del lenguaje, la jerga, las calaveradas de quienes están en primera línea de los fogones. Me gustaría despertar en el personal de a pie que lea este libro la idea de que, a pesar de todo, la vida puede ser divertida. En cuanto a mí, siempre me ha gustado verme como el Chuck Wepner de la cocina. Chuck era un cabal aspirante al título —allá por la época de Alí-Frazer—, conocido como el «Tozudo de Bayona». Siempre se podía contar con que aguantara unos cuantos rounds a pie firme sin caer, dando tanto como recibía. Yo admiraba su resistencia, su seguridad, su capacidad para combinar las dos cosas, para encajar una paliza como un hombre. De modo que no es el «superchef» quien habla. Claro que me gradué en el CIA (Culinary Institute of America), correteé por Europa, trabajé en fogones de dos tenedores de la ciudad... Y también en otros que son la hostia. No soy ningún chapucero amargado, que habla pestes de los colegas más exitosos (aunque lo haré si se presenta la ocasión). Soy el tipo a quien en general llaman cuando alguien pretende montar una cena de campanillas y el chef resulta ser un psicópata o un borracho agriado y megalomaníaco. En este libro hablo de los profesionales de la cocina común y corriente. Los héroes son los cocineros profesionales. He conseguido tener un buen pasar en esta vida durante mucho tiempo, la mayor parte transcurrida en Manhattan, entre los famosos... De manera que sé unas cuantas cosas. Todavía tengo algunas cartas en la manga. Desde luego hay muchas posibilidades de que este libro pueda acabar con mi oficio de chef. Habrá anécdotas de miedo. Trancas de las buenas, drogas, folladas en la zona de alimentos no perecederos, revelaciones repugnantes sobre el mal manejo de los alimentos, práctica desagradable muy extendida en la industria. Hablar de que no debes pedir pescado los lunes, de por qué quienes prefieren platos muy hechos comen sobras, de por qué una fritanga de mariscos no es una elección prudente para un tentempié y puede conseguir que mis potenciales empleadores dejen de considerarme santo de su devoción. Mi manifiesto desprecio por la comida basura, los vegetarianos, los que rechazan las salsas y los que sufren intolerancia a la lactosa, no me va a permitir lucir mis hazañas culinarias en la Food Network. No creo que, en un futuro próximo, vaya a pasar ningún fin de semana esquiando con André Soltner ni que me sobe la espalda el cachas de Bobby Flay. No me llamará Eric Ripert pidiéndome ideas para hacer el plato del día de pescado para mañana. Pero de ninguna manera voy a engañar a nadie sobre la vida, tal como la he visto. Aquí está todo: lo bueno, lo malo, lo feo. El lector interesado podrá aprender, por un lado, cómo hacer platos sabrosos con los utensilios que tenga a mano, tan bien presentados como los de un profesional y, por otro, decidirá no pedir nunca más mejillones a la marinera. Tant pis, macho. La vida de cocinero ha sido para mí un largo enredo amoroso, con momentos tanto sublimes como ridículos. Pero igual que en todo enredo amoroso, cuando miras atrás, recuerdas mejor los buenos momentos... En primer lugar, las cosas que te arrastraron a él, las que te atrajeron, las que te hacían volver a por más. Espero poder transmitirle al lector aquellas cosas y aquellos tiempos. Nunca he lamentado el inesperado giro de mi vida, que me hizo caer en el oficio de los restaurantes. Desde siempre he creído que la buena comida, el buen yantar, está por encima de cualquier riesgo. Lo mismo da que hablemos de un queso azul sin pasteurizar, de ostras crudas o de trabajar con socios del crimen organizado. Para mí la comida siempre ha sido una aventura".

Anthony Bourdain Confesiones de un chef

Guía De La Nueva Cultura Del Vino

Josep Bujan

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Este libro es el manual imprescindible para adentrarse en los significados, principios y prácticas más actuales que han de convertir el vino en una de las experiencias más gratificantes para la percepción humana. Contenido: Viticultura. Enología. Conservación del vino: la cava. Vino y nutrición. Gastronomía y servicio. Aspectos culturales del consumo del vino. Los sentidos y la información sensorial.

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sábado, 15 de junio de 2019

Poesía: Canto a mí mismo

Walt Whitman

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Título original: Song of myself

Walt Whitman, 1855

Traducción: León Felipe

En Canto a mí mismo, un hombre pone su destino en la mesa, y su destino, llega a confundirse tanto que éste siempre es aquél, y ambos somos nosotros mismos, porque, a la larga, lo que constituye este poemario es una declaración de todo lo que vive.

Considerado de forma unánime el máximo poeta de Estados Unidos, Walt Whitman es el supremo cantor del Yo y de la naturaleza, del cuerpo y del alma, de la igualdad del hombre y la mujer, de las delicias del sexo, de la fraternidad y la democracia. Profundamente renovadora en cuanto a forma y contenido, su obra suscitó una oleada de entusiasmo y controversias.

50

Todo esto está en mí.

No sé lo que es, pero sé que está en mí.

Angustiado me he retorcido por sacar de mi corazón todo cuanto poseía…

Ahora mi cuerpo está tranquilo y quiero dormir… dormir… dormir.

No sé qué es esto.

Es algo que no se ha dicho nunca…

Algo sin nombre que aún no está en el lenguaje ni en el símbolo.

Es algo que gira más que la Tierra en que yo giro

y me anuncia que la creación es el abrazo del amante que nos despierta.

Tal vez pudiera decir más.

Acaso este poema no es sino un expediente en que he abogado por todos…

en el que he dicho, por ti y por mí,

que la muerte no existe,

que el mundo no es un caos…

que es forma,

unidad…

plan… Vida Eterna… ¡Alegría!

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Mark Strand

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Sinopsis

Mark Strand (Summerside, Prince Edward Island, Canadá, 1934) es, entre los grandes poetas norteamericanos actuales, el que ha desarrollado una mayor variedad de registros expresivos, el que tiene una mayor capacidad de reinventarse. Casi invisible, su undécimo libro de poemas, publicado este mismo año en Estados Unidos, es una vibrante colección de poemas en prosa en los que indaga con un lenguaje lleno de luminosidad y sutileza en los territorios más oscuros de la conciencia humana, en las zonas intermedias entre el humor y la reflexión, lo doméstico y lo sublime, lo real y la fantasía, con una extraordinaria fuerza sugestiva. En esta misma colección han sido publicados anteriormente Tormenta de uno (n.º 722) y Hombre y camello (n.º 761).

Mark Strand falleció el 29 de Noviembre de 2014

Título Original: Almost Invisible    Traductor: Trujillo, Julio    ©2012, Strand, Mark

A BANKER in the Brothel of Blind Women

#### Un banquero en el burdel de las ciegas ####

Bury Your Face in Your Hands

Hunde tu rostro en tus manos

Anywhere Could Be Somewhere

Cualquier lugar podría ser un lugar

Harmony in the Boudoir

Armonía en el boudoir

Clarities of the Nonexistent

Claridades de lo

viernes, 14 de junio de 2019

Disfraces - Ezra Pound

Ezra Pound

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CINO

La campiña italiana, 1309, en el camino ¡Bah! He cantado a las mujeres en tres ciudades,

pero siempre es lo mismo;

ahora le cantaré al sol.

Labios, palabras, y ya las tienes.

Sueños, palabras, y se vuelven como joyas.

Hechizos extraños de viejas deidades,

cuervos, noches, encantamiento

y ya no están.

Se han convertido en las almas de la canción.

Ojos, sueños, labios, y la noche sigue.

Cuando vuelves otra vez al camino

ya no están.

Ellas en sus torres olvidan nuestras melodías,

que una vez siguieron la tonada del viento.

Sueñan con nosotros y

suspirando, dicen: «¡Ojalá Cino,

el apasionado Cino, el de los ojos fruncidos,

el alegre Cino, el de la pronta risa,

el del reto, el de la burla,

el frágil Ciño, el más fuerte entre los suyos, los que vaga bundean por los viejos caminos bajo el sol, ojalá Cino e l del Laúd estuviese aquí!». Una vez o do s al año… Vagamente di cen así: «¿Cino?». «¿ Oh, ah, Cino Polnesi el cantante, a ese te refieres?» «Ah, sí, pas ó por aquí una vez, un tío desca rado, pero… (Oh, todos e stos vagabundos son iguales), ¡peste! ¿Son suyas o de algún o tro las canciones que canta? Pero vos, mi señor, ¿de dónde venís?» «Pero vos, m i señor», ¡por amor de Dios! Si saliera a la luz lo que yo sé, mi señor, vos seríais Cino Sin Tierra, lo mismo que yo, oh Sinistro.

He cantado a las mujeres en tres ciudades. Pero todo es igual. Ahora le can taré al sol. … ¿Eh?… casi siempre tenían los ojos grises, pero todo da igual, voy a cantarle al sol. «¡Apolo Febo , vieja cacerola, tú que glorific as la égida de Zeus, escudo de ac ero azul, ojalá el cielo de ahí arriba tuviera por tachón tu alegre lustre! Apolo Febo, haz que en nuestro periplo tu risa sea nuestra canción para el camino; haz que tu r esplandor ahuyente las preocupaciones. ¡Que las nub es y las gotas de lluvia se vayan deprisa! siempre busc ando una senda nueva que lleve a los jardines del sol…» .................................................... He cantado a las mujeres en tres ciudades pero todo es igual. Voy a cantar a los pájaros blancos en las aguas azules del cielo, a las nubes q ue son como la espuma al mar.

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ALEJANDRA PIZARNIK

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Poesía Completa

(1955-1972)

LA TIERRA MÁS AJENA (1955)

"¡Ah! El infinito egoísmo de la adolescencia, el optimismo estudioso: ¡cuán lleno de flores estaba el mundo ese verano! Los aires y las formas muriendo..."

    A. Rimbaud

DÍAS CONTRA EL ENSUEÑO

No querer blancos rodando en planta movible.

No querer voces robando semillosas arqueada aéreas.

No querer vivir mil oxígenos nimias cruzadas al cielo.

No querer trasladar mi curva sin encerar la hoja actual.

No querer vencer al imán la alpargata se deshilacha.

No querer tocar abstractos llegar a mi último pelo marrón.

No querer vencer colas blandas los árboles sitúan las hojas.

No querer traer sin caos portátiles vocablos.

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Rubén Darío

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EL CLAVICORDIO DE LA ABUELA

En el castillo, fresca, linda,

la marquesita Rosalinda,

mientras la blanda brisa vuela,

con su pequeña mano blanca

una pavana grave arranca

al clavicordio de la abuela.

¡Notas de Lully y de Rameau!

Versos que a ella recitó

el primo rubio tan galán,

que tiene el aire caprichoso,

y que es gallardo y orgulloso

como un mancebo de Rohán.

Va la manita, en el teclado,

como si fuese un lirio alado

lanzando al aire la canción,

y con sonrisa placentera

sonríe el viejo de gorguera

en los tapices del salón.

En el tapiz está un amor,

y una pastora da una flor

al pastorcito que la anhela.

Es una boca en flor, la boca,

de la que alegre y viva toca

el clavicordio de la abuela.

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Miguel Ángel Asturias

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Clarivigilia primaveral

A la luz de los oropensantes-luceros

Castigo de profundidades

Sí, pero no magia…

Ombligos de sol y copales preciosos

Mágicos-hombres-mágicos

Artesanías ocultas

Los cazadores celestes

La cacería

Fechas de piedra

Andaraiz de la flor del aire

El baile de las quimeras Autor

“Historias – sueños - poemas” llamó Paul Valéry a las Leyendas de Guatemala y eso mismo cabe decir de Clarivigilia primaveral, historia-sueño-poema, en el que Miguel Ángel Asturias —Premio Nobel de Literatura 1967— evoca la creación de los artistas por los dioses mayas, apartándose en un todo de los textos conocidos. Pero estos primitivos artistas son destruidos, según este poema que en sí es una leyenda, por fuerzas terrígenas enemigas de artes y magias. La tierra es sometida al castigo del fuego y el agua, y cuando siglos más tarde renace, la expresión de la belleza artística se confía, en pintura, a las aves de bello plumaje, en música y canto a los pájaros de garganta prodigiosa y en escultura, a peñascales y piedras con forma de animales. Los dioses mayas al darse cuenta que todo aquello es muy bello, pero que no tiene magia, crean de nuevo a los artistas o encargados de las magias y para que no puedan ser destruidos, los colocan en las cuatro extremidades del cielo. Pero estos artistas sólo se ocupan de halagar a los dioses, de crear obras al sabor y gusto de las divinidades, con olvido del hombre. Y esto hace que por segunda vez aquellos artistas creados por los dioses estén a punto de ser destruidos. Fuerzas celestes los persiguen, los hieren y es entonces que de las artes heridas surge el arte humanizado, el arte de todos para todos. En este poema-leyenda encontramos juegos de palabras, onomatopeyas y mitos trasladados a lo épico dentro de una concepción cada vez más americana, más propia, más auténtica, sin relación con las literaturas europeas.

Miguel Ángel Asturias

Clarivigilia primaveral
Miguel Ángel Asturias, 1965

A LA LUZ DE LOS

OROPENSANTES-LUCEROS

CASTIGO DE PROFUNDIDADES

ALGUIEN,

alguien le ganó de garra…

¿El Cazador del Aire?

Alguien,

pero no el Cazador del Aire.

Oídos ocupados, manos ocupadas,

donde pone el oído pone la mano,

el Cazador del Aire…

Barrancos ocupados, nubes ocupadas,

donde pone el barranco pone la nube

el Cazador del Aire.

Alguien le ganó de garra…

Cazador del Aire

es sólo el eco.

Alguien existente,

corpóreo.

Alguien de barro sin cocer,

pupilas de agua vidriada,

dientes pintados de azul,

pómulos brillosos,

dedos de cactus con espinas,

boca sin palabras.

Alguien anterior a la palabra,

alguien de barro sin cocer,

alguien de arcilla pétrea,

cara de vasija con ojos

y adornos mágicos de huesos de cometa

en las orejas, los antebrazos,

la cintura, los tobillos.

Su habla, el movimiento de sus plumas.

Idioma de plumas de colores.

Guerreador tempestuoso,

faz a faz de su escudo,

faz a faz de sus flechas,

habla con el movimiento de sus plumas:

“El Ambimano Tatuador

y los que con él tenían crianza de mundos,

perecieron a manos del que duerme bajo las

acacias…

(…yo duermo bajo las acacias…)”.

"El Ambimano Tatuador

y los que con él tenían crianza de mundos de sueño,

perecieron en las garras del que aúlla

para sangrar el silencio de la noche…

(… yo aúllo para sangrar el silencio de la noche…)”.

“El Ambimano Tatuador

y los que con él tenían crianza de mundos de sueño

en remojo de agua de ciego,

perecieron en las fauces del que resplandece

por sus blancos colmillos de solsticios…

(… yo resplandezco por mis colmillos de solsticios…)”

Muertes, destrozos,

despedazamientos, mutilaciones…

Restos de escalinatas, trenzas de piedra

pintadas de azul con cielo fresco…

Fragmentos de grecas urdidas

con hilo de saliva de laberinto…

Plazas ceremoniales…

Máscaras parlantes

y anillos de alabastro

en los Juegos de Pelota…

Vestuarios donde se desvestían árboles…

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Las Poéticas de Joyce

POESÍA

Poesía / Wikipedia

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Dentro de la corriente estructuralista rusa, Roman Jakobson habla del lenguaje poético en términos de que el mensaje es el poema mismo. En otras palabras consigna que en la función poética del lenguaje el eje sintagmático (orden gramatical del discurso) se proyecta sobre el eje paradigmático (selección léxica). Ezra Pound en su libro El arte de la poesía habla de que el poeta tiene una importante responsabilidad social porque moldea el imaginario de su tiempo. En la misma obra habla Pound acerca de las características del lenguaje poético: fanopea (manejo de la imagen), logopea (discurso del pensamiento poético y melopea (manejo del ritmo y la eufonía). En cuanto a la evolución formal, la poesía ha pasado del empleo de la métrica y la rima al verso libre, y de este a la libre combinatoria que caracteriza a la posmodernidad y al postestructuralismo. La introducción del verso libre se debe a los poetas Kahn y Laforgue a fines del siglo XIX. Se trata de liberar al poema de las restricciones de la métrica y la rima, para ir más allá de las formas fijas establecidas por la preceptiva poética. Esto implica para el poeta un arma de doble filo, por una parte lo libera de los cánones, pero, por otra parte lo coloca frente a la responsabilidad de que el poema nazca generando su propia forma rítmica y eufónica tomando en cuenta solo la finalidad de su propia expresión. Parecería que los criterios para saber si un texto es o no es un poema se han diversificado. Ya no priva la expectativa de clasificar en sonetos, liras, décimas, etc. sino la percepción del fenómeno poético encarnado en lenguaje. Actualmente, con la apertura de la experiencia histórica como un repertorio susceptible de ser reciclado en nuevas combinatorios, muchas de las formas clásicas se han retomado con un sentido abierto.

El papel que juega la poesía en el siglo XXI, se encuentra ligado al avance tecnológico y científico. Surgen nuevas corrientes de Poesía, nuevas formas de manifestación, como la Metapoesía, biopoesia, la poesía ecologista, la poesía virtual, transmodernista entre otros, además de que asistimos a una renovación o por lo menos un reemprendimiento de ciertos vanguardismos y estéticas críticas, como la poesía de la conciencia.

El Día mundial de la poesía fue proclamado por la Conferencia General de la Unesco y se celebró por primera vez el 21 de marzo de 2000. Su finalidad es fomentar el apoyo a los poetas jóvenes, volver al encantamiento de la oralidad y restablecer el diálogo entre la poesía y las demás artes (teatro, danza, música, etc.)

POESÍA VERTICAL

Roberto Juárroz

1

Una red de mirada

mantiene unido al mundo

no lo deja caerse.

Y aunque yo no sepa qué pasa con los ciegos,

mis ojos van a apoyarse en una espalda

que puede ser de dios.

Sin embargo,

ellos buscan otra red, otro hilo,

que anda cerrando ojos con un traje prestado

y descuelga una lluvia ya sin suelo ni cielo.

Mis ojos buscan eso

que nos hace sacarnos los zapatos

para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo

o inventar un pájaro

para averiguar si existe el aire

o crear un mundo

para saber si hay dios

o ponernos el sombrero

para comprobar que existimos.

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jueves, 13 de junio de 2019

Libro: El Mundo del Vino

© 2013 LAROUSSE EDITORIAL, S. L.

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Presentación

¿De qué hablamos cuando hablamos de vino? Hablamos de una larga historia; de muchas y diversas culturas, unas vecinas, otras separadas por océanos, pero todas ellas con un profundo vínculo común; hablamos de paisajes y territorios, de climas y estaciones; hablamos de variedades de uva y de procedimientos, de nuevas técnicas en constante evolución y de otras tradicionales felizmente recuperadas; hablamos de trabajo y esfuerzo en los bancales y en las viñas, del frío de la tierra durante las madrugadas invernales y del sol inclemente cuando se acerca la vendimia; del gusto y adecuación al paladar y de su combinación gastronómica; hablamos de su importancia como sector económico, y de las expresiones de la lengua, de los ritos y celebraciones que giran alrededor del vino; también de la arquitectura de sus bodegas y de su fructífera relación con el diseño, el arte y la literatura, la música y el cine; y, sobre todo, hablamos del inigualable disfrute de su degustación en compañía.

Hablar y leer de vinos propicia una conversación, un diálogo de altura en el que uno aporta pero también recibe saberes variados. Si tal conversación se establece con un viticultor, un enólogo o un bodeguero, prestémosles oídos. Las últimas tendencias sobre variedades, regiones o gustos se entreveran entonces con unos conocimientos sólidos, ancestrales, proporcionados por la dedicación diaria al cultivo de la vid o a la elaboración del vino. A la vitivinicultura se le debe, entre otras muchas cosas, la conservación tenaz de los espacios y entornos que hacen posible, cada año, el fruto que habrá de vendimiarse y transformarse hasta alcanzar su momento óptimo de consumo. Las gentes del vino vendrían a ser los garantes de unos paisajes, a la vez naturales y profundamente humanizados, que constituyen signo y huella de nuestra propia identidad como civilización.

«El vino es la cosa más civilizada del mundo», dijo un célebre escritor estadounidense, personaje vital, en ocasiones desmedido, poseedor de una pluma directa y precisa de la que salieron algunas de las crónicas periodísticas, relatos y novelas más memorables del siglo xx. Nos referimos —lo habrán adivinado— a Ernest Hemingway, quien además de gran amante del vino y buen conocedor de las tierras en las que se produce, supo condensar en tan pocas palabras la condición del vino como feliz resultado de la intervención del hombre en la tierra. La cita viene al caso de la obra que tiene entre sus manos porque en ella pretendemos acercarnos al vino en sus múltiples facetas, unas prácticas y relativas a su elaboración, clasificación y degustación, y otras más teóricas sobre el pasado, presente y futuro o sobre la cultura del vino, para conformar, con todas ellas, una visión lo más completa posible del apasionante «mundo del vino».

    los editores

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Sorgo Rojo

Erotismo: 'Hombres Perfectos'

La oleada de la automatización

Martin Ford

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Extracto tomado del libro ‘El Auge de los Robots’ de Martin Ford.

Un trabajador de un almacén se acerca a una pila de cajas de varios tamaños, formas y colores que están amontonadas sin ningún orden.

Por un momento, imaginemos que podemos ver dentro del cerebro de ese trabajador y consideremos la complejidad del problema que debe resolver.

Muchas son cajas normales de color marrón y están muy juntas entre sí, por lo que la separación entre ellas apenas se distingue. ¿Dónde termina una caja y empieza la otra? Algunas están separadas y desalineadas, y otras están giradas y solo se ve una esquina. Encima del montón hay una caja pequeña mal colocada en el espacio que hay entre dos cajas más grandes. Aunque la mayoría de las cajas son de cartón marrón o blanco y no llevan etiquetas, hay otras con logos de alguna empresa y otras de colores con productos destinados directamente a las tiendas.

El cerebro humano es capaz de interpretar esta compleja información visual de una forma casi instantánea. El trabajador percibe sin problemas las dimensiones y la orientación de cada caja y parece saber instintivamente que debe empezar a moverlas desde arriba, siguiendo un orden concreto para que la pila no se venga abajo.

Este es exactamente el reto de percepción visual que ha afrontado el cerebro humano para evolucionar. Que el trabajador logre mover las cajas no tendría ninguna importancia si no fuera porque, en este caso, ese trabajador es un robot. Concretando más, es un brazo robótico en forma de

Libro El Hombre Neuronal

Jean Pierre Changeux

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EL HOMBRE NEURONAL nació en 1979 de una conversación con Jacques Alain Miller y sus colegas de la revista Ornicar?, que mientras tanto se ha convertido en l'Áne. Este diálogo sin ton ni son entre psicoanalistas y neurobiólogos tuvo la virtud de demos¬trar, contra todo lo esperado, que los protagonistas podían ha¬blarse, e incluso entenderse. Con frecuencia se olvida que Freud era neurólogo de profesión 1 pero, después de su Esbozo de una psi¬cología científica de 1895, los múltiples avatares del psicoanálisis provocaron un corte entre éste y sus bases propiamente biológicas. La reanudación de ese diálogo con las ciencias «duras» ¿es el signo de una evolución de las ideas, de un retorno a las fuentes, o in¬cluso, por qué no, de un nuevo comienzo?

Otro signo positivo de este encuentro: permitió medir la distan¬cia que queda por recorrer para que esos cambios de impresiones lleguen a ser constructivos y surja por fin una síntesis. ¿Ha llegado tal vez el momento de reescribir el Esbozo, de poner los funda¬mentos de una biología moderna del espíritu? 2 No es ésta, desde luego, la pretensión de este libro, cuyo propósito es más limitado: informar y, si es posible, interesar al lector respecto a las ciencias del sistema nervioso. En este terreno, los conocimientos han expe-rimentado a lo largo de los últimos veinte años una expansión que sólo es comparable, por su importancia, a la que alcanzó la física a principios de este siglo, o a la de la biología molecular en torno a los años cincuenta. El descubrimiento de la sinapsis y sus funciones recuerda, por la amplitud de sus consecuencias, la del átomo o la del ácido desoxirribonucleico. Un nuevo mundo cobra forma y parece que es el momento oportuno para abrir ese campo del saber a un público más amplio que el de los especialistas y, si es posible, hacerle compartir el entusiasmo que anima a los investigadores de esta materia. Después de la entrevista de Ornicar?, sentí la necesi¬dad de reunir hechos y documentos recientes que dieran prueba de este movimiento. No se trataba, por supuesto, de presentar un cuadro exhaustivo de las investigaciones contemporáneas sobre el sistema nervioso3: hubo que escoger. Sin duda se me reprochará cierta parcialidad en esa elección. Lo acepto. La experiencia de varios años de enseñanza en el College de France me ha conven¬cido de que no se puede establecer un intercambio fructífero con el público si no es basándose en un reducido número de ideas sen¬cillas y sólidas. Interprétese, pues, mi parcialidad como una preocu¬pación de didactismo.

Las ciencias del hombre están de moda. Se habla y se escribe mucho, ya sea en el campo de la psicología, de la lingüística o de la sociología. El estancamiento sobre el tema del cerebro, con algunas excepciones4, es total. No es por azar. Lo que está en juego es de-masiado importante para ello. Esta negligencia deliberada es, sin embargo, relativamente reciente. ¿Se trata de prudencia? ¿Se teme, acaso, que las tentativas de explicación biológica del psi-quismo o de la actividad mental caigan en las trampas de un esque¬matismo simplista? En tal caso se prefiere desarraigar las ciencias humanas de su mantillo biológico. Consecuencia sorprendente: dis¬ciplinas en un principio «psicalistas», como el psicoanálisis, han acabado por defender, en el terreno práctico, el punto de vista de una autonomía casi completa del psiquismo, volviendo, a pesar suyo, a la tradicional separación de alma y cuerpo.

El desarrollo de las investigaciones sobre el sistema nervioso ha tropezado siempre, a lo largo de la historia, con violentos obstáculos ideológicos, con miedos viscerales, tanto a derecha como a izquierda. Toda investigación que, directa o indirectamente, se re¬lacione con la inmaterialidad del alma pone la fe en peligro y está destinada a la hoguera. Se teme también el impacto, en el terreno social, de los descubrimientos de la biología que, usurpados por al¬gunos, pueden convertirse en armas opresoras. En estas condi¬ciones, parece más prudente cortar los nexos profundos que unen lo social a lo cerebral. En vez de abordar el problema de frente, se prefiere, una vez más, ocultar ese peligroso órgano. ¡Descere-bremos, pues, lo social!

Por último, las buenas páginas del departamento de «Ciencias humanas» hacen vibrar, en general, la cuerda personal: aquí el compromiso político, allí la vida sexual o la educación de los hijos. La investigación de los mecanismos «internos» que están íntima-mente vinculados con todo ello interesa mucho menos. No desem¬boca en breve plazo en ningún código de buena conducta, no revela el secreto de la felicidad, no permite prever el futuro5.

Observadas desde otro planeta, las conductas humanas parece¬rían muy sorprendentes. El hombre es una de las raras especies ani¬males que mata a sus semejantes de manera deliberada. Mejor dicho, por un lado condena el crimen individual, por otro conde¬cora a los responsables de homicidios colectivos o a los inventores de atroces máquinas de guerra. Ese absurdo loco le persigue a lo largo de su historia desde la invención del hacha de piedra tallada hasta la puesta a punto de las bombas termonucleares. Ha resistido todas las religiones y todas las filosofías, hasta las más generosas. Como subraya A. Koestler (1967), está sólidamente incrustado en la organización del cerebro del hombre. Pero el hombre también ha pintado la Capilla Sixtina, ha compuesto La consagración de la primavera, ha descubierto el átomo. «¿Qué quimera es, pues, el hombre? ¡Qué novedad, qué monstruo, qué caos, qué motivo de contradicción, qué prodigio 6!» ¿Qué tiene, pues, en la cabeza, ese Homo que se atribuye sin vergüenza el epíteto de sapiens?

París, 22 de noviembre de 1982.

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¿Cómo podemos utilizar las redes sociales (RRSS) en una organización?

Libro: Inteligencia Artificial

Margaret Boden

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I ¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?

La inteligencia artificial (IA) tiene por objeto que los ordenadores hagan la misma clase de cosas que puede hacer la mente.

Algunas (como razonar) se suelen describir como “inteligentes”. Otras (como la visión), no. Pero todas entrañan competencias psicológicas (como la percepción, la asociación, la predicción, la planificación, el control motor) que permiten a los seres humanos y demás animales alcanzar sus objetivos.

La inteligencia no es una dimensión única, sino un espacio profusamente estructurado de capacidades diversas para procesar la información. Del mismo modo, la IA utiliza muchas técnicas diferentes para resolver una gran variedad de tareas.

Y está en todas partes.

Encontramos aplicaciones prácticas de la IA en el hogar, en los coches (y en los vehículos sin conductor), en las

Libro: Pasaje al Futuro

Guía para abordar el viaje al mañana
  • Santiago Bilinkis*

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El shock del futuro
Si sentís que estás viviendo en una película que se mueve en cámara rápida y te resulta un desafío permanente mantenerte al día, no estás solo en esa sensación. Vivimos en un mundo que nos sepulta de información. De acuerdo con Eric Schmidt, presidente del directorio de Google, si reuniéramos todo el conocimiento generado desde el inicio de la civilización humana hasta el año 2003 tendríamos 6 exabytes de datos. Actualmente, generamos ese mismo volumen de información cada… dos días. Según un informe reciente de IBM, el 90 por ciento de toda la información existente en el mundo fue creada en los últimos dos años.
En el minuto que te tomó leer el párrafo anterior, se subieron más de 100 nuevas horas de video a Youtube, se cargaron algo menos de un millón de tweets, se compartieron en Facebook varios millones de posts, se mandaron decenas de millones de Whatsapps y cientos de millones de correos electrónicos.
En apenas treinta años pasamos del enorme desafío de encontrar información relevante, porque el acceso era escaso y difícil, al enorme desafío de encontrar información relevante, porque el volumen de datos disponible es tan grande que se hace casi imposible hallar lo que buscamos.
En muchos sentidos, el presente se nos presenta como una carrera imposible de ganar. Los esfuerzos que hacemos para mantenernos actualizados apenas alcanzan para no quedar demasiado detrás de los acontecimientos.
Si, por ejemplo, estudiaste medicina, durante el transcurso de tu carrera debés haber leído varios miles de páginas para aprender lo necesario para ejercer la profesión. Pero obtener el título es sólo el comienzo: actualmente se publica un número de papers tal que para estar al tanto de todo el conocimiento que se genera tendrías que volver a cursar el equivalente a una carrera completa cada unos pocos días.
Nuestro cerebro, prodigioso resultado de miles de años de evolución en un mundo infinitamente más simple, empieza a verse desbordado por el desafío de lidiar con un contexto tan diferente a aquel para el cual fue “moldeado”. El resultado de tanto exceso de estimulación es una caída notable en nuestra capacidad de concentración.
En un intento por lidiar con la pérdida de foco de nuestras mentes, empezamos a consumir información en dosis más y más pequeñas: hablamos en 140 caracteres, comprimimos nuestras conferencias a 18 minutos, reemplazamos la comunicación verbal por las diversas formas de mensajes breves escritos (SMS, Whatsapp, etcétera).
Esta sensación de dificultad para lidiar con un mundo que cambia demasiado velozmente fue descripta por primera vez por Alvin Toffler, quien la llamó “shock del futuro”. Toffler definió este fenómeno como “el estrés despedazador y la desorientación que se genera en las personas cuando se ven enfrentadas a demasiado cambio demasiado rápido”. Consideraba al “shock del futuro” no como un potencial riesgo distante sino como una enfermedad real, sufrida por un gran número de gente.
Lo curioso, desde nuestra perspectiva actual, es que Toffler acuñó el concepto en un artículo escrito en 1965. En ese momento vivía en el planeta menos de la mitad de la gente que hoy, una fracción pequeña de la población mundial tenía televisión y teléfono fijo y, obviamente, no existía la telefonía celular ni internet. Cuesta pensar hoy qué sería lo que generaba “shock del futuro” en ese mundo que ahora se nos presenta como sumamente lento.
Otro modo de advertir el contraste de velocidad y nivel de estímulo es mirar hoy una serie de televisión de la década del 70. Si vemos un episodio de CHiPs, resulta difícil creer qué poco sucede durante la hora que dura cada capítulo. Una serie actual, Dr. House por ejemplo, desarrolla en el mismo período de tiempo la historia de tres pacientes en paralelo, más algún tema del vínculo de los médicos entre sí, saltando permanentemente de una historia a otra para evitar que nuestro cerebro se aburra de estar enfocado en lo mismo por más de tres minutos.
La sobreabundancia de estímulo e información no es el único desafío que enfrentamos: también debemos lidiar con el cambio tecnológico y la asimilación de nuevos dispositivos. Si estás leyendo este texto en un libro impreso en papel, te propongo que en este momento te tomes un momento para sentir la textura de la tapa, sentir el olor de las hojas, mirar las pequeñas imperfecciones de la tinta sobre el papel. En relativamente poco tiempo, estas vivencias que te resultan tan familiares, seguramente formarán parte del baúl de los recuerdos, junto a los discos de pasta y las cintas de VHS.
Desprendernos de los objetos que queremos nos llena de nostalgia y acomodarnos a los nuevos nos produce incomodidad. Para quienes pasamos toda la vida leyendo libros impresos, un e-reader es un objeto ajeno, inadecuado, carente de asociaciones con nuestra historia.
Antes de poder completar el duelo por esa pérdida, cambios en numerosos otros frentes distraen nuestra atención: necesitamos aprender a vincularnos con los demás en la era de las redes sociales, lidiar con las brechas generacionales en casa y en el trabajo, asimilar todas las transformaciones que la tecnología introduce en cada ámbito de nuestras vidas.
Esos cambios que en el presente nos incomodan abren puertas a un futuro asombroso. En el ejemplo del e-reader, el premio por dejar atrás la nostalgia y enfrentar la incomodidad es acceder a nuevas posibilidades: la lectura en formato digital incorpora opciones inimaginables hasta hace poco. La lectura colaborativa, el subrayado colectivo, la indelebilidad de nuestras notas, la posibilidad de buscar rápidamente en los contenidos y el hecho de que un libro nunca pueda estar agotado y se pueda tener en apenas un segundo, incorporan nuevas aristas que potencian notablemente la experiencia de leer.
Aun cuando ese premio no generara motivación suficiente para hacer el cambio, en un tiempo no muy lejano será difícil acceder a nuevos contenidos si quedamos anclados a la tecnología del pasado. Así como un amante de los discos de pasta puede seguir coleccionando música vieja pero no acceder a la música nueva, quedar atados al libro en papel limitará notablemente las opciones de lectura en algunos años.
“Es difícil hacer predicciones, especialmente acerca del futuro”, dijo alguna vez Niels Bohr (o Yogi Berra). No obstante, me atrevo a hacer aquí dos predicciones genéricas que el libro después se encargará de desarrollar.
La primera es que el ritmo de cambio acelerado al que estamos expuestos hoy va a acelerarse mucho más aún. Igual que nos sucede hoy respecto de 1965, en retrospectiva, la velocidad a la que suceden las cosas hoy nos parecerá calma.
La segunda es que, con el avance de disciplinas como la biología artificial, la neurociencia y la medicina regenerativa, los cambios que se avecinan serán mucho más profundos y radicales que reemplazar un libro en papel por un e-reader o aprender a lidiar con la interrupción y la híper estimulación permanente.
Estar a la altura de ese futuro resultará desafiante, pero la recompensa para quienes lo consigan será grande. Buena parte de nuestro éxito y satisfacción futura radica en entender la dinámica de los cambios para tomar hoy las decisiones que moldeen nuestro mañana. ¿Qué tipo de educación darle a nuestros hijos? ¿Qué carrera universitaria escoger? ¿Tendrá sentido en realidad escoger una carrera universitaria? ¿De qué trabajar? ¿Cómo prepararnos y preparar a nuestras organizaciones para el mundo que viene?
Muchas profesiones que fueron comunes hace tiempo hoy ya no existen. Recordemos la tradicional canción infantil “La farolera tropezó”. ¿Con qué tropezó? No con un escalón sino con el reemplazo de los faroles de kerosén por los eléctricos. La “farolera” era la encargada de encender la llama del alumbrado público al caer la noche, tarea que perdió todo sentido en la actualidad.
Más cerca en el tiempo, los lectores mayores de 30 años recordarán al ascensorista, la persona que se ocupaba de conducir elevadores hasta el piso solicitado. En épocas en que los ascensores no se detenían automáticamente, detenerlo a la altura exacta del piso requería bastante pericia. Avances mecánicos y electrónicos quitaron todo sentido a ese oficio. ¡Los invito a que prueben decirle a un chico de 10 años que hace un tiempo había gente que manejaba los ascensores!
Estas historias parecen hoy simpáticas porque ni nosotros ni nuestros seres queridos nos dedicamos a estos oficios. Pero este fenómeno recién está empezando y sus efectos difícilmente nos excluyan. Hoy en día muchas personas se forman y preparan para oficios y profesiones que pronto dejarán de existir. Parte de la población, por ejemplo, trabaja conduciendo taxis, colectivos, ómnibus de larga distancia o camiones. Como discutiremos más adelante, al observar el avance que están experimentando los prototipos de autos autónomos es esperable que en algunos años esos oficios empiecen a desaparecer.
Ante 

tanto cambio, también las brechas generacionales se vuelven más abruptas que nunca. ¿Cómo comunicarnos con nuestros hijos en este contexto? Las dificultades no se presentan sólo en el plano individual. También se generan importantes desafíos para nuestra sociedad. ¿Cómo cambiamos la educación para dejar de educar en el siglo XXI igual que lo hacíamos en el XIX? Prepararnos para el mañana empieza por conocer y entender, aun de manera no técnica, los cambios científicos y tecnológicos que están ocurriendo hoy. No hace falta mirar lejos para apreciar el impacto inminente que traerán a nuestra vida.

En la primera parte de este libro intento brindar al lector información y herramientas para entender mejor el presente e imaginar el futuro. Pero entender es sólo el inicio. Además necesitamos desarrollar nuestras habilidades y actitudes hacia el cambio. De ello dependerá que podamos tomar hoy las decisiones correctas que nos conduzcan a un mañana deseable. De eso tratará la segunda y última parte.

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miércoles, 12 de junio de 2019

Libro: Canción De Cuna Y Otros Poemas

Wystann Hugh Auden

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Muchos consideran a Wystann Hugh Auden (York, 1907) el mejor poeta inglés del siglo XX. Su obra, caracterizada por una amplia y arriesgada paleta de preocupaciones morales y destrezas formales, conforma uno de los testimonios más lúcidos, implacables y memorables de su época. La poesía de Auden ha sido, además, una de las más influyentes y rompedoras, un influjo que no ha hecho más que agrandarse con el paso del tiempo. Eduardo Iria rte ha llevado a cabo en esta edición, con excelente criterio e impecable oído, una selección cronológica de los mejores poemas de Auden (con piezas memorables como Gare du midi y Lullaby, la canción de cuna que da título a la antología), cuya lectura, hoy como ayer, supone una de las experiencias más iluminadoras y enriquecedoras que nos puede brindar la poesía universal.

LA CARTA

Desde el primerísimo descenso 

a un nuevo valle con el ceño fruncido 

por causa del sol y el camino errado, 

con toda certeza permaneces: hoy 

yo, acuclillado tras un aprisco, he oído 

pasar un súbito pájaro, 

clamando contra la tormenta, y visto 

el arco del año cual circunferencia cumplida 

y el ajado circuito del amor reiniciado, 

infinito sin giro discrepante alguno. 

Veremos, pasaremos, como hemos visto 

la golondrina en la teja, el verde 

estremecimiento preliminar de la primavera, pasó 

una camioneta solitaria, el último 

trajín del otoño. Pero ahora, 

para truncar el ceño sosegado, 

el pensamiento que empezaba a encontrar plenamente grata la noche, 

llega tu carta, que habla como tú, 

habla de mucho, aunque nada venidero. 

 
Ni las palabras son cercanas ni los dedos insensibles; 

si el amor no ha recibido a menudo 

una respuesta injusta, se le engañó. 

Yo, decoroso con las estaciones, me muevo 

diferente o con un amor diferente, 

tampoco pongo muy en duda el asentimiento, 

la sonrisa de piedra de este dios campestre 

que nunca fue más reticente, 

siempre temeroso de decir más de lo que quería. 

 
Diciembre de 1927

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Perfiles: OCTAVIO PAZ

martes, 11 de junio de 2019

Libro: El Misterio del Vino

f

Louis Charpentier

Infolector

Lo que el vino ha hecho para crear cosas de calidad, para producir chispas de inteligencia, para afinar los sentidos y el gusto, para evitar el ridículo, para suscitar el amor, para enriquecer la comprensión, para avivar la vida del espíritu, para fomentar la bondad, para enriquecer la sensibilidad, es inenarrable por su misma desorbitada extensión.

El vino constituye un elemento que es inseparable de la vida.

Per passar l’estona, JOSEP PLA

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El Arte de Amar la Vida

Sorgo Rojo

[Minimalismo - Vivir Mejor Con Menos]https://lectover.blogspot.com/2019/04/libro-minimalismo-vivir-mejor-con-menos.html)

Narrativa: José B. Adolph (Antología Breve)

JOSÉ B. ADOLPH

Infolector

Persistencia

(Cuento)

O’Henry debe de haberse agitado miles de veces en su tumba, gruñendo ante los innumerables finales sorpresa de segunda categoría que se escriben y que se supone sorprenderán al lector con su inesperado giro. Sin embargo el autor de «Persistencia» probablemente habrá merecido un asentimiento —y no un gruñido— del Maestro. El final de su realmente corta historia me sorprendió de la mejor manera posible. A. E. van Vogt Gobernar la nave se hace cada vez más problemático. Los hombres están inquietos; sólo la más ardua disciplina, las más dulces promesas, las más absurdas amenazas mantienen a la tripulación activa y dispuesta. Una humanidad que ya no se asombra de nada nos vio partir hacia el más allá: estaba ya habituada a una desfalleciente fascinación. Comprendo a todos; éstos han sido años de sucesos terribles, de convulsiones. Muertes masivas, guerras, inventos maravillosos; ¿quién podía entusiasmarse por una conquista de aquel espacio que ya nada nuevo promete a hombres hartos de progreso? Los costos son elevados, pero ya nadie se fija en cifras. Corre sangre y corre dinero en estos años en que somos, a la vez, creadores y asesinos. Amo y odio a mis compañeros. En cierto sentido, son la hez del universo; en otro son balbucientes niños en cuyas manos se moldea el futuro. Abriremos una ruta que liberará a este planeta del hambre, de las multitudes crecientes que ya no encuentran un lugar bajo el sol y que sólo esperan, aterradas y resignadas, un juicio final del que desconfío: ¿cómo se puede ser tan supersticioso en estos tiempos de triunfo de la ciencia, del arte, de una nueva promesa de libertad como la que encarna esta nave? Hemos partido hace meses; en este tiempo solitario hemos recorrido la inmensidad de cambiantes colores, reducidos a lo mínimo. Nos hemos visto convertidos en criaturas desnudas, flotando en la creación: los hombres tienen miedo. Sabían que existía este vacío; lo supieron siempre. Pero ahora que se sienten devorados por él, sus miradas se han endurecido para siempre. El final es un lejano punto que no logro construirles. Huimos de un mundo de miseria y hartazgo; de violencia y caridad; de revolución y orden. Habremos de retornar, sin duda, pero tampoco puedo garantizárselo a ellos. Ven el vacío; no son capaces de perseguir un sueño a plenitud. No hay comunicación con un pasado que sólo recobraremos como futuro. Y mi soledad es mayor: ¡ay de los que poseemos la verdad y la seguridad! Una sola lágrima nuestra, descubierta por ellos, equivaldría a una desesperada muerte. Pero es inmensa la recompensa: al otro lado nos esperamos a nosotros mismos, encarnados en esa libertad y en esa abundancia de que ahora carece nuestro planeta. Debemos durar, debemos resistir, no sólo porque el retorno es imposible, sino porque mienten cuando dicen preferir la seguridad de la prisión que dejaron. La verdad, me digo, es obligatoria. Y el encargo que llevamos nos ha sido encomendado por todos los hombres de la Tierra, aun por aquellos que no saben de este viaje e ignoran lo miserable de su existencia. El viaje continuará, así tuviese que matarlos a todos y gobernar yo solo la nave. Nadie puede escapar, si no es a través de su propia muerte: confío en sus instintos, más que en sus razonados temores. Hasta ahora no hemos encontrado las horribles pesadillas que algunos timoratos previeron. Sé que todo marchará bien, o todos moriremos juntos; si así fuera, si lo último se cumpliera, otros retomarán la esperanza y esa huida que será un gran encuentro. El cielo es negro sobre nosotros, pero miles de luces nos acompañan; son como cirios de esperanza. Ellos las miran con temor y odio; no quieren comprender que son guardianes y guías: ¿Cómo no sentirse hermano de las estrellas, que observan, comprensivas, nuestra soledad que es la de ellas? Me siento solo, y no me siento solo. ¿Habrá alguien que pueda comprender esta atracción por un abismo que para mí no es sino una ruta más? Es cierto que a veces tengo miedo, como todos. No soy sino un hombre frente a fuerzas desconocidas: las intuyo, pero no las domino; las comprendo pero no son mías. Pero sin miedo no hay esperanza. Y sin embargo, el tiempo es largo, sobre todo para ellos. El viaje se les aparece infinito. Empiezan a sentirse privados de toda realidad; se creen fantasmas de sí mismos. Sus ojos me amenazan, porque siempre hay un culpable. La nave cruje y se mece, la inmensidad es cada vez más aplastante, pese a esos signos que, desde hace un par de días, nos aseguran que no hay error, que mis cálculos son correctos. Debo anotar, pues, que ojalá se cumplan los pronósticos favorables antes que el temor termine totalmente con la confianza. Rogaré al Señor para que tal cosa no ocurra. Danos, pues, Señor, la gracia de poder cumplir nuestra misión antes que finalice este octubre de 1492.

  • (Cuentos del relojero abominable, 1973)

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Libro: El escritor y sus Fantasmas

ERNESTO SÁBATO

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ERNESTO SABATO (Rojas, Provincia de Buenos Aires, 24 de junio de 1911 - Santos Lugares, ídem, 30 de abril de 2011). Fue un importante escritor, ensayista, físico y pintor argentino. Escribió tres novelas: El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador, e innumerables ensayos sobre la condición humana. En 1941 apareció su primer trabajo literario, un artículo sobre La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares, en la revista Teseo de La Plata. También publicó una colaboración en la revista Sur de Victoria Ocampo, por intervención de Pedro Henríquez Ureña. En 1942 continuó colaborando en aquella publicación con reseñas de libros, se encargó de la sección «Calendario» y participó del «Desagravio a Borges» en el Nº 94 de Sur. Publicó artículos en el diario La Nación y se presentó su traducción de Nacimiento y muerte del sol de George Gamow. Al año siguiente publicaría la traducción de El ABC de la relatividad de Bertrand Russell. En 1984 recibió el Premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana. Fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979. Se conserva su discurso en ocasión de la recepción del premio citado. También la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires lo nombró Ciudadano Ilustre, recibió la Orden de Boyacá en Colombia y la OEA le otorgó el premio Gabriela Mistral.

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domingo, 9 de junio de 2019

Narrativa: La Palabra del Mudo (Antología)

Julio Ramón Ribeyro

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Al escribir mis cuentos en la pobreza o en la bonanza, en unas horas o en años de correcciones, en mi país o fuera de él, sólo he querido que ellos entretengan, enseñen o conmuevan. Y he querido, también, proporcionarme un placer: pues escribir, después de todo, no es otra cosa que inventar un autor a la medida de nuestro gusto.

Por otro lado, no advierto entre mis primeros y últimos relatos alguna evolución apreciable. Ello no me inquieta. Podría citar el caso de numerosos artistas que han hecho, aproximadamente, durante toda su vida la misma cosa. Veinte años en la vida de un autor puede ser mucho, pero en la historia de un género no es nada. Sé que hay y que habrá muchas formas diferentes de escribir cuentos. Yo trabajo alegre y concienzudamente dentro de mis medios y posibilidades. Nunca he tenido las pretensiones de ser un pionero o un innovador. Yo recojo las enseñanzas de los viejos; y creo en los límites de lo que va desapareciendo. Vanguardia y retaguardia no tienen para mí ningún sentido. Lo importante es ser fiel a mis impulsos y transmitir, simplemente, el rumor de la vida.

Por último, mi obra cuentística está agrupada bajo el rubro de La palabra del mudo. ¿Por qué este título? Porque en la mayoría de mis cuentos se expresan aquellos que en la vida están privados de la palabra. Los marginados, los olvidados, los condenados a una existencia sin sintonía y sin voz. Yo les he restituido este hálito negado y les he permitido modular sus anhelos, sus arrebatos y sus angustias.

            JULIO RAMÓN RIBEYRO

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Narrativa: Sorgo Rojo

Mo Yan

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Ambientada en una zona rural de la provincia de Shangdong, Sorgo rojo arranca con la invasión japonesa de los años treinta, y cuenta, a lo largo de cuatro décadas de la historia de China, la conmovedora historia de tres generaciones de una familia. Mo Yan seduce al lector con las desventuras del comandante Yu y de la joven Jiu?er, una chica obligada a casarse con el hombre que su padre ha dispuesto: un viejo leproso muy rico, que posee una destilería. El sorgo, utilizado como ingrediente de un potente vino, era, en tiempos de paz, el centro y el símbolo de la vida campesina. En tiempos de guerra, en cambio, se convierte en el centro de la lucha por la supervivencia. Sorgo rojo es una novela sobre la familia, el mito y la memoria, donde la fábula y la historia se unen para crear una ficción cruel e inolvidable.

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viernes, 7 de junio de 2019

Libro: La Edad del Pixel

Varios autores

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GENERACIÓN PIXEL

(1977-????)

En capítulos anteriores hemos visto los inicios de los inicios, pero la historia es mucho más larga.

Y es que a millones de personas les encantan los videojuegos de la misma forma que también les gustan los libros, la música o el ajedrez. Para más de una generación, los videojuegos forman ya parte de su cultura habitual de ocio; y pasar unas horas delante de un juego de ordenador o consola es un placer social de un amplio sector de la población.

Los videojuegos son en este sentido solamente otra elección de entretenimiento. A pesar de ello todavía parece existir miedo a que los videojuegos propinen un codazo a otras formas de arte, fomentando una generación de androides gafotas sin ningún tipo de habilidades sociales ni sensibilidad poética y carentes de cualquier tipo de

Narrativa: El Informe De Brodie

Jorge Luis Borges

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En El informe de Brodie, Jorge Luis Borges realiza una evolución imprevista en su estética. A diferencia de El aleph y Ficciones, que abundan en enigmas y en símbolos, los once cuentos de este volumen, fruto de la lenta madurez del gran escritor, son directos, desnudos y sencillos. Dos de ellos, Juan Muraña y El encuentro, tienen una misma clave fantástica: la vida secreta del puñal. También es de índole fantástica Guayaquil, donde dos historiadores protagonizan insensiblemente la histórica entrevista. El otro duelo, La intrusa y El evangelio según San Marcos se caracterizan por su final despiadada, contrariamente a El duelo y La señora mayor, que tratan de mujeres en un ámbito de sonriente piedad, Según el autor, El indigno es una confesión y también lo es Historia de Rosendo Judrez, nueva y sensata versión del famoso Hombre de la esquina rosada. Finalmente El informe de Brodie, que da su nombre al volumen, es una fábula a la manera de Jonathan Swift o de Voltaire.

Contenido:

  1. La intrusa

  2. El indigno

  3. Historia de Rosendo Juárez

  4. El encuentro

  5. Juan Muraña

  6. La señora mayor

  7. El duelo

  8. El otro duelo

  9. Guayaquil

  10. El Evangelio según Marcos

  11. El informe de Brodie

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Empiezo A Recordarte